En castellano, cruz de los Harapos. En las cubiertas de la catedral de Santiago, que son de acceso público y transitables, se encuentra la denominada cruz dos Farrapos. En su base tiene una pila de piedra donde dice la tradición que los peregrinos medievales quemaban sus ropas, después de visitar el sepulcro apostólico, meta de su viaje piadoso. La cruz es de origen medieval, realizada en bronce y es la más famosa de la catedral.
Este rito purificador se une a otros como el lavatorio que los peregrinos realizaban en A Lavacolla, antes de la llegada al sepulcro apostólico, o el del botafumeiro. Todos estos tienen en común que eliminan la suciedad exterior; en el caso del lavatorio mediante el aseo del cuerpo; en el del botafumeiro, por la eliminación del mal olor, y en el de la quema de la ropa, para deshacerse de las viejas y sucias vestiduras.
Sin embargo, el lavado corporal con el agua de un río está relacionado también con la eliminación del pecado, que se simboliza a través del poder purificador del agua. El botafumeiro eliminaba, con el incienso, el mal olor de la catedral pero también tiene como objetivo incensar las reliquias apostólicas y a los propios fieles. Por su parte, la quema de la ropa sucia y vieja tiene que ver con el poder purificador del fuego.
Algunos estudiosos piensan que la quema de la ropa de los peregrinos que llegaban al santuario jacobeo pudo tener su origen en una peste que aconsejase eliminar las vestimentas sucias para evitar los contagios. Esta medida higiénica, realizada ante la presencia de una cruz, pasaría luego a significar que el peregrino había eliminado al hombre viejo que era antes de realizar su viaje piadoso, simbolizado en las vestiduras sucias que representaban el pecado, y podía vestirse con otras nuevas que significarían que su alma ya estaba limpia de todo mal.
El Camino de Santiago como metáfora del camino de salvación y redención a través del sacrificio es lo que permite que al llegar a la meta nazca un hombre nuevo. Como dice el Códice Calixtino (s. XII), “el camino de peregrinación es para los buenos; carencia de vicios, mortificación del cuerpo, aumento de las virtudes, perdón de los pecados, penitencia de los penitentes, camino de los justos, amor de los santos, fe en la resurrección y premio de los bienaventurados, alejamiento del infierno, protección de los cielos”. Al final del Camino tiene que nacer un hombre nuevo y limpio, comprometido a no volver a la senda del mal, como así lo advierte el mismo Calixtino: “¡Oh peregrino de Santiago! No mientas jamás con la boca que ha besado su altar. Con los pies con los cuales tantos pasos anduviste por él, no camines jamás hacia las malas obras. Con las manos con que tocaste su venerado altar no hagas mal […]. Si como oveja fiel estás a él encomendado, no te extravíes por las zarzas de los vicios. Lo que a él le diste no se lo des al lobo. No quieras servir al diablo, pues tienes derecho y debes servir a Dios y al Apóstol.”
El hecho de quemar la ropa sucia y vieja y ponerse una limpia y nueva significaba aceptar ese compromiso de iniciar una nueva vida. La presencia de la cruz en el ritual purificador por medio del fuego simbolizaba la aceptación del cristianismo como nuevo modelo de vida para el peregrino que terminó con éxito el Camino de Santiago. Nicola Albani, en 1743, destaca la presencia de la cruz en las cubiertas de la catedral y recoge un curioso milagro: “Había una cruz de bronce con una inscripción en lengua hebrea y se dice que quien no llega a besar su peana no cumple con éxito su viaje a Santiago de Galicia. Esta cruz se colocó encima del mencionado balón, justo a la altura de un hombre adulto […]. Es cosa maravillosa que yo, que soy un hombre de estatura normal, pueda tocar esa cruz y lo mismo pueda hacerlo un hombre muy alto, aunque sea más alto que un gigante, que ni se pasa ni le falta, sino que llegará a la altura de la cruz que alcanzan los demás y esto dicen los más viejos, sacerdotes y confesores que es un gran milagro que el apóstol Santiago se digna hacer diariamente en esta santa ciudad”. Se desconoce el alcance del ritual de la quema de los harapos y cuando dejó de practicarse. La cruz dos Farrapos se encuentra sobre la girola. [JS]
V. Santiago, ritos del peregrino en (las cubiertas del cielo)