crismón
El simbolismo cristiano de los primeros siglos de nuestra era empleó la imagen del Buen Pastor, el pez, la cesta de los panes, el ave fénix, el sarmiento de la vid, el cáliz y el chrismon, emblema formado por las dos letras griegas iniciales de Iesus Christus, como principales formas iconográficas para representar a Cristo salvador. Este motivo iconográfico del cristianismo primitivo fue reinterpretado con carácter alegórico y penitencial a principios del siglo XII en diversas portadas del Camino de Santiago, en concreto en el Reino de Aragón -catedral de Jaca, iglesia monástica de Santa Cruz de la Serós e iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca- y en la portada de As Praterías de la catedral compostelana.
Antes de la conquista de Huesca (1096) la capital del reino era Jaca, población elevada por el rey Sancho Ramírez a la categoría de villa hacia 1077, y cuya catedral dio comienzo hacia 1080. Su portada occidental, contemporánea de As Praterías, tiene labrado en su tímpano un gran anagrama de Cristo -XP(istus) entre las letras alfa y omega- flanqueado por dos leones que representan a Cristo triunfante. La presentación del crismón entre las letras alfa y omega es símbolo inequívoco de la enseñanza evangélica de Cristo como principio y fin de todas las cosas, frente a la presencia de los animales simbólicos pisoteando, el de la derecha, a un basilisco y a un oso, símbolos del mal, mientras que el león de la izquierda perdona a un pecador que se postra y sujeta a una serpiente que simboliza al pecado del que reniega, refuerzan o mejor dicho evidencian su significado con los epígrafes que acompañan a los relieves. El crismón con los leones devienen alegoría de Cristo y de su Iglesia, firmes en su lucha contra el mal, misericordiosos con los arrepentidos.
El mismo motivo -el crismón acompañado de dos leones-, aunque de menor calidad artística, se repite en la portada de la iglesia monástica de Santa Cruz de la Serós, lugar de retiro de Sancha Ramírez, viuda de Armengol III de Urgell y hermana del soberano aragonés Sancho Ramírez. Dos epígrafes acompañan al simbólico conjunto cristológico, advirtiendo a los pecadores de la perseverancia en su error. El sarcófago de Sancha, cubierto por una rica decoración y realizado en el entorno de 1110, también exhibe el crismón que, en esa época, será uno de los motivos simbólicos más recurrentes del románico aragonés, una suerte de emblema de la monarquía y empleado también en la decoración de las portadas de la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca, la nueva capital del reino.
En Santiago de Compostela un crismón con las letras alfa y omega se sitúa, en una posición central, privilegiada, en el lugar de arranque de las arquivoltas de los dos portales, es decir, en la enjuta central. El capítulo 9 del libro V del Códice Calixtino no se refiere a él -quizá por olvido, o por ser un símbolo de significado demasiado evidente-, pero sí destaca la presencia de los leones simbólicos que lo acompañan. Dos de ellos unidos por las grupas, sirviendo casi de asiento o trono al anagrama de Cristo, y otros dos -uno de ellos perdido- flanqueando las entradas, en las enjutas de los extremos. Estos cuatro leones representaban el trono de Salomón, el juez bíblico más célebre, y simbolizaban la justicia que Diego Gelmírez impartía cada viernes en la platea de As Praterías, es decir, en el espacio situado ante las puertas de la fachada sur.
De este modo la portada de As Praterías, donde se realiza la exposición del cumplimiento de la promesa de la redención del género humano, deviene telón de fondo para la administración de justicia terrena, marco privilegiado para la escenificación del poder señorial de Gelmírez. Como se trata de una portada dedicada al Mesías, a la doble naturaleza de Cristo, humana y divina, el crismón acompañado de los leones adquiere un significado evidente, relacionado con la justicia humana y divina, con el arrepentimiento y el perdón. Si en el exterior del edificio se daba cumplimiento a las causas jurídicas pendientes, en el interior de la basílica jacobea la Iglesia de Santiago se mostraba magnánima con los que habían faltado al cumplimiento de las leyes divinas y se arrepentían de ello. [FS]