XacopediaMendiño

Por este nombre único, escrito de diversas formas en los cancioneros -Meendiño, Mendiño, Mendinho o Meendinho- se conoce a este trovador gallego que vivió entre los siglos XIII y XIV. Aunque su origen no parece muy claro, procede muy probablemente del sur de Galicia, más concretamente de la ría de Vigo o de la isla de San Simón en Redondela, al pie de la Ruta Jacobea de los portugueses. La última propuesta, de Rafael Fontoira Surís, es que pudo ser un noble pontevedrés, pues el Libro Vello da Provincia de Pontevedra, de 1460, habla de los Mendiños de Pontevedra, que tenían una calle, la actual calle Princesa, lo que encaja bien con un origen culto y noble en un lugar con tradición lírica galaico-portuguesa.

De Mendiño sólo se conoce una cantiga de amigo, que está considerada entre las más importantes de la lírica galaico-portuguesa. Se conserva en el Cancionero de la Biblioteca Vaticana y en el de la Biblioteca Nacional de Lisboa [Cancionero Colocci-Brancuti]. Se trata de la cantiga que inicia con el verso Sediam’eu na ermida de San Simón. Mendiño conoce bien el escenario elegido. Una moza espera, ilusionada, a su amigo en la ermita de la isla de San Simón, un islote peculiar en la ría de Vigo al que con marea baja se llega apenas mojándose los pies y el extremo de la ropa remangada. El peligro viene al subir la marea, que obliga al regreso a nado o en barca. Ha concertado una cita secreta con su amado en el atrio de la ermita, donde él debe acudir con su barca. Pero falta al encuentro y las olas van subiendo. Le invaden sentimientos de angustia: ¿vendrá? ¿cómo salir cuando suban las aguas?

Es una joya literaria que exhibe en pocos versos un compendio de recursos poéticos: drama, lirismo magistral, rima de sencilla belleza, con la musicalidad y dulzura del gallego medieval. Las dos primeras estrofas en pasado sugieren esperanzada en el futuro, las dos siguientes en presente proponen duda y las dos últimas en futuro rebosan angustia o resignación. El mismo interrogante, “E verrá?”, cambiará de significado y de sabor, dulce al comienzo, insípido en el medio y amargo en su desenlace. La cantiga y su mensaje se han traducido a 31 lenguas. No es de extrañar, porque la historia se convierte en atemporal y accesible a los lectores de cualquier época y nivel cultural. [AS]

[B 852 / V 438]
Sedia-m’eu na ermida de San Simión
e cercaron-mi as ondas, que grandes son.
Eu atendend’o meu amigo. E verrá?
Estando na ermida ant’o altar,
cercaron-mi as ondas grandes do mar.
Eu atendend’o meu amigo. E verrá?
E cercaron-mi as ondas, que grandes son:
non hei i barqueiro, nen remador.
Eu atendend’o meu amigo. E verrá?
E cercaron-mi as ondas do alto mar:
non hei i barqueiro, nen sei remar.
Eu atendend’o meu amigo. E verrá?
Non hei i barqueiro, nen remador:
morrerei eu fremosa no mar maior.
Eu atendend’o meu amigo. E verrá?
Non hei i barqueiro, nen sei remar:
morrerei fremosa no alto mar.
Eu atendend’o meu amigo. E verrá?


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