San Miniato

Ciudad 26.500 habitantes (140 m) en la Vía Francígena, en la provincia de Pisa, Italia. A 2.022 km de Santiago y a 322 de Roma. La zona, que según investigaciones arqueológicas estaba habitada desde el Paleolítico, era bien conocida por los etruscos y los romanos, que implantaron un puesto militar, llamado Quarto. El núcleo original de la población se remonta al siglo VIII, cuando diecisiete longobardos, según un documento del año 713, edificaron una iglesia dedicada al mártir Miniato. Por lo tanto, los orígenes de la villa son alemanes, y desde la Edad Media será conocida como San Miniato al Tedesco (alemán). En el curso de cinco siglos se desarrollará como baluarte medieval: Otón I de Sajonia (962), mandó construir un castillo protegido por un foso, y Federico II de Suecia, en 1218, mejoró las fortificaciones levantando una muralla con torres defensivas, la celebre Rocca. Esta desapareció hace mucho tiempo pero su torre, que fue destruida por un bombardeo alemán durante la segunda guerra mundial, ha sido reconstruida y restaurada en su totalidad.

San Miniato se sitúa en una estratégica localización histórica en lo alto de tres pequeñas colinas donde se domina el bajo valle del Arno y los valles de los ríos Egola y Elsa. Los peregrinos que recorrían la Francígena, desde época medieval encontraban cobijo en la localidad. La ciudad esta encerrada dentro de un recinto medieval bien preservado. Entre los principales monumentos, además de la torre de Federico, destacan la catedral, la antigua iglesia de Santa María de 1100, que conserva su hechura románica y está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción y San Ginés.

En las laderas de la colina principal se halla la mole del convento de San Francisco (s. XIV), presumiblemente fundado por el mismo Santo de Asís en 1211 cuando visitó la ciudad y que a lo largo de varios siglos ha sido uno de los centros franciscanos más florecientes de la Toscana. En el siglo XV lo dirigieron los beatos Borromeo y Bernardo, quienes luego enseñaron en Oxford y en la Sorbona. En el otro lado de la colina está el Santísimo Cristo, donde se venera un crucifijo lignario del siglo IX, considerado milagroso. [CP]