XacopediaCize, ruta de los puertos de

En español también se cita como Cisa o Cise. Conjunto de pasos de alta montaña en el Camino de Santiago a su paso por la baja Navarra francesa y la comunidad española de Navarra. De su recorrido, de unos 25 km, casi 20 están en territorio francés. También se conoce como Ruta del mariscal Harispe y Ruta de Napoleón, por las históricas misiones militares francesas que por ella pasaron durante la guerra de la Independencia (s. XIX). Se trata de uno de los dos itinerarios -el otro es el del valle de Valcarlos- a través de los cuales los peregrinos cruzan la cordillera de los Pirineos y descienden hasta el histórico emplazamiento jacobeo de Roncesvalles, Navarra.

El itinerario de Cize comenzó a tener menos relevancia durante el siglo XII, al mejorar el camino por el valle de Valcarlos y el puerto de Ibañeta, pasos menos exigentes y más accesibles, sobre todo en invierno.

Con el renacer moderno de las peregrinaciones también ha resurgido esta histórica senda jacobea. Se trata de una ruta por abiertos paisajes de alta montaña que sobrecoge el ánimo del peregrino, tanto por su historia épica como por la inabarcable belleza de sus grandiosos contornos. Sólo se comparte camino con una naturaleza soberbia y el ganado que pasta los prados próximos, especialmente con las ovejas con cuya leche se elabora el reconocido queso Ossau-Iraty.

El paso por los puertos de Cize es, en definitiva, uno de los momentos mágicos, excepcionales, únicos, del Camino, en el que la dureza (más en el pasado que en el presente) y fascinación (quizá hoy más que antes) se unen en un tramo único, casi imprescindible para cualquier peregrino o caminante vocacional. Combina a la perfección el poderío del paisaje primigenio con las historias legendarias vinculadas casi siempre al mundo carolingio de trasfondo jacobeo.

Si rebuscamos en la historia jacobea, el topónimo más habitual de esta ruta es el de ‘puerto’ o ‘puertos de Cisa’, como lo hace por vez primera el Codex Calixtinus (s. XII), que la cita como ‘portus Cisere’ o ‘Ciserei’. La destaca como un tramo dificilísimo, “al que lo escala le parece que toca el cielo con la mano”, pero no ofrece datos precisos, si exceptuamos que la opone al itinerario por el valle de Valcarlos, que asegura que escogen aquellos peregrinos que buscan una vía de paso más practicable.

Actualmente el término Cise/Cisa resulta de complicada y discutida concreción geográfica. Ningún puerto de la zona conserva el topónimo. Algunos estudiosos consideran que se correspondería con el actual puerto de Ibañeta. Otros mantienen que en la Edad Media se conocían con este nombre los pasos por las alturas de los montes Astobiskar y Lepoeder, justo al entrar el Camino en el actual territorio navarro español.

Finalmente -y es la opción que aquí consideramos más apropiada- hay quien, como Elías Valiña, sostiene que alude al trazado de alta montaña que permitía superar al peregrino los Pirineos partiendo del cercano valle francés de Cize. El Codex estaría refiriéndose así al pequeño conjunto de pasos de montaña que tras dicho valle permitían llegar a Roncesvalles, donde concluían las dificultades.

El trayecto de los puertos de Cize partía en la Edad Media, y según el Codex, sobre todo de la localidad francesa de Saint-Michel, que olvidó tal función con la pérdida de protagonismo de esta ruta a partir del siglo XII. Actualmente el punto habitual de partida es la vecina Saint-Jean-Pied de Port, donde se puede optar por este itinerario de alta montaña o por el del valle de Valcarlos. Ambos pueden unirse, casi al final, en el puerto de Ibañeta, como sucedería preferentemente en el siglo XII, o continuar por separado hasta Roncesvalles.

Salvo en su punto de partida, en lo demás el trazado moderno de esta ría coincide en líneas generales con el que seguían los peregrinos medievales. Así lo evidencian las puntuales huellas jacobeas que conserva esta ruta.

La subida se inicia en Saint-Jean-Pied-de-Port, para continuar hasta Hountto, donde desemboca el ramal procedente de Saint-Michel. Desde aquí se inicia un ascenso aún más dificultoso que avanza por varias crestas montañosas, casi siempre situadas en el contorno de los mil metros de altitud, como la muy conocida de Orisson. La frontera española se alcanza a partir del collado Bentartea para internarse por el boscoso monte Txangoa y continuar por el alto de Astobiskar y el collado Lepoeder, la mayor altura del Camino Navarro (1.430 m). Desde aquí hay dos opciones: iniciar directamente el descenso hasta Roncesvalles o hacerlo a través del histórico puerto jacobeo de Ibañeta (1.057 m), como ya comentamos.

Las primeras noticias sobre la ruta de los puertos de Cize se remontan a la época romana, al ser la elegida para que la Vía Trajana, entre Burdeos, Francia y Astorga (León) superase los Pirineos. En los itinerarios romanos se conoce a estos puertos como el Summus Pyrineus. La remota infraestructura romana permitió que en la Edad Media se convirtiera en la principal ruta de peregrinación pirenaica, si nos atenemos a los datos de la guía del peregrino (libro V) del Codex Calixtinus, superando a la inicialmente más transitada de Somport, en tierras aragonesas, y, sobre todo, a la vecina del valle de Valcarlos, aparentemente más fácil pero más angosta, y puede que por esto también más peligrosa y menos definida hasta avanzado el siglo XII. En este sentido, habría influido en la elección de este elevado itinerario un cierto miedo atávico francés a la ruta de Valcarlos y sus desfiladeros, identificados con la mitificada derrota de la retaguardia del ejército de Carlomagno en el 778. La dificultad de este trayecto era extrema, sobre todo en invierno, debido al intenso frío, las fuertes nevadas, la lluvia y la niebla, muy habitual. Para mitigarlo en lo posible se establecieron varios hospitales, casi siempre solitarios, como los de Huntto, Orisson y Erreculuch.

Aquí sitúa la guía del peregrino del Codex el milagro del peregrino francés que, ya enfermo con anterioridad, acaba por morir en los puertos de Cize, incapaz de superar su dureza. Marchaba acompañado por treinta caballeros de Lorena, pero todos lo abandonan, menos uno. Por la intercesión de Santiago, su cadáver y el compañero que lo velaba son llevados en una noche, desde el lugar de su muerte hasta el Monte do Gozo, a las puertas de Compostela. Todavía en camino, los caballeros se encuentran en León con el peregrino que regresa tras enterrar a su amigo en Santiago. Reconocen entonces lo terrible de su acción. Este milagro datado hacia 1080 y considerado el más antiguo de los incluidos en el Codex, advierte, como otros, de la solidaridad que reclama el Camino. Pero a través de él también percibimos, aunque no se señale expresamente, que la ruta más frecuentada era la de Cize, y que sería la seguida por el posible autor de la guía, el francés Aymeric Picaud, o por quien colaborase con él. A finales de la Edad Media el camino por Cize perdió su vitalidad a favor de la vía de Valcarlos, pero renacería en el siglo XIX como senda militar al ser elegida por las tropas de Napoleón para llegar a la península. Para facilitar el paso de la artillería se mejoró su trazado. Es en ese momento cuando comenzó a conocerse como Ruta de Napoleón. Con el boom de la peregrinación moderna, consolidada a lo largo de los pasados años ochenta y noventa, esta ruta vuelve a ser, como lo fue durante gran parte del la Edad Media, la más transitada para superar los Pirineos. [MR]

V. Bentartea / Cruz de Carlomagno / Ibañeta / Lepoeder


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