Craemer, Alice
Peregrina belga fallecida en el Camino Francés a Santiago a la salida de Navarrete, La Rioja, en julio de 1986. Se considera la primera persona contemporánea muerta en esta ruta a causa de un accidente. A ella le siguieron numerosos peregrinos que ya fuese por accidentes de tráfico o por causas naturales -infartos, sobre todo- dejaron su vida caminando hacia Santiago. A varios de estos peregrinos -en especial las víctimas de los primeros años- se les han dedicado sencillos pero emotivos monumentos repartidos por la Ruta desde Francia a Santiago, en el lugar donde perdieron la vida.
El monumento dedicado a Alice Craemer, que falleció al ser atropellada por un camión, fue el primero de todos. Se encuentra en las inmediaciones de los restos románicos del hospital de San Juan de Acre desde 1987. Alice Craemer quedó a 600 km de Santiago. En junio de 1987 peregrinaron por ella a esta ciudad Etienne y Pierre von Wonterghem, su marido e hijo.
Ya a finales de los años ochenta y principios de los noventa, con la eclosión de la peregrinación por el Camino, las víctimas por variadas causas continuaron, como lo hicieron los pequeños monumentos que se les dedicaron. Es muy conocido el situado en El Acebo, en el Camino Francés-Leonés, que la Asociación de Amigos del Camino de Santiago del Bierzo instaló en memoria del peregrino Heinrich Krause, fallecido en agosto de 1988 en un accidente de bicicleta provocado por un coche. El monumento, en hierro forjado, está formado por una bicicleta con un bordón.
Otro peregrino muerto en el Camino con un sencillo monumento es el alemán Prosper Charles Remmy, fallecido en Barreiros (Sarria), en agosto de 1989 cuando peregrinaba por la carretera paralela al Camino Francés para ver al papa Juan Pablo II en el Monte do Gozo, en Santiago. De principios de los noventa son los sencillos monumentos de Guillermo Watt, que murió en 1993 en Salceda, apenas a 28 km de la meta, y de Mariano Sánchez Covisa, conocido falangista que feneció también muy cerca de Santiago -en Ras- en el mismo año. De finales de esta década es el dedicado, en forma de cruz, a Manfred Kress, un alemán de sesenta años fallecido en Bercianos del Camino (Sahagún) en junio de 1998. Ya del siglo XXI es la placa que en el albergue de San Nicolás de Ponferrada recuerda la muerte en 2001 del peregrino finlandés Jouko Tyyn, uno de los primeros caminantes perecidos en el nuevo milenio.
Es habitual que estos momentos estén siempre cuidados, en muchos casos con flores depositadas espontáneamente por los propios peregrinos y hasta con pequeñas ofrendas y recuerdos. Algunos de ellos se han convertido en pequeños humilladeros por la costumbre de los peregrinos de depositar en ellos pequeñas piedras memoriales y rezar alguna oración o meditación. [MR]