XacopediaLugo

Ciudad de 4.500 habitantes (460 m) en el Camino Primitivo, provincia de Lugo. A 102 km de Santiago. De origen romano, es la metrópolis más antigua de Galicia, con más de 2.000 años de historia, y principal centro urbano antes del descubrimiento del sepulcro del Apóstol.

Lugo se encuentra en medio de una red de rutas prerromanas, muchas de las cuales se consolidaron y ampliaron en la época medieval, hasta el punto de que llegó a contar entonces con una sólida y poderosa trama de comunicaciones. Entre las principales vías se cuentan las antiguas de Astorga, Brigantium, Lucus Austurum, Chaves o Iria Flavia. Esta situación destacada dentro del sector noroccidental de la península pudo haber sido un factor determinante para que formara parte del Camino Primitivo. Posiblemente el rey Alfonso II el Casto -criado en O Courel e instruido en Samos, núcleos próximos a Lugo- fue el primero en peregrinar y pasar por estas tierras en dirección a Santiago de Compostela a comienzos del siglo IX. De este modo, Lugo se incluye en el itinerario del Camino Primitivo.

El vínculo jacobeo de la ciudad va más allá, ya que ciertos historiadores antiguos sostienen que el Santo Apóstol predicó la doctrina de Jesús en la provincia luguesa y, en concreto, en Lucus Augusti [Lugo], hacia el año 37 de la era cristiana. Algunos de estos son el padre Atanasio de Lobera, Juan de Aranda Faxardo y Juan Pallares y Gayoso, quien cree que el Apóstol se dirigió a Lugo desde Iria Flavia atraído por ser la localidad más importante y populosa de la época. En esta misma línea existe una teoría que le atribuye al Apóstol la fundación de la cátedra luguesa y sitúa a un discípulo suyo -San Capitón- como su primer obispo. De todos modos, autores como Díaz y Díaz creen que la llegada a Lugo del cristianismo fue tardía y nunca anterior al siglo III.

Durante la Edad Media, etapa de consolidación y desarrollo de esta ruta, los monarcas que ejercieron poder sobre Lugo tuvieron un comportamiento desigual con la ciudad. A pesar de ello, Lugo mantuvo siempre un relativo prestigio y prosperidad gracias a los sucesivos foros y privilegios que le fueron otorgando distintos reyes -y que después fueron ratificados por Fernando II- y que contribuyeron al trasvase de peregrinos del Camino Francés a través de un desvío en Pedrafita do Cebreiro.

Asimismo, desde la ciudad de Lugo parte una ruta del Camino de peregrinación que se dirige al monasterio de Sobrado dos Monxes, uniéndose allí al Camino Norte. Dentro de su trazado, y próximas a Lugo, se encuentran la iglesia de Santiago de Saamasas, con restos visigóticos de interés, y la de Santiago de Meilán, un importante templo románico.

El peregrino del Camino Primitivo ve Lugo por primera vez desde la explanada contigua a la iglesia de Santiago de Castelo, donde divisa una panorámica sobre la ciudad. En lo que se refiere a la iconografía de este templo, se encuentran huellas jacobeas, como un cruceiro con la imagen de Santiago en el fuste y dos vieiras en la puerta de acceso al cementerio. Desde este alto se desciende en dirección al río Chanca y posteriormente se reanuda el ascenso a la ciudad pasando por la calle y el viaducto de A Chanca, y la calle denominada Carril das Flores, donde comienza la ascensión hasta la puerta de la muralla de Lugo.

Tras cruzar la Ronda da Muralla se accede al espacio interior de Lugo a través de la puerta de San Pedro o Toledana, frente a la que se encuentra un mojón colocado en el año 1996 con la siguiente leyenda: “Por aquí entró el rey Alfonso II El Casto en el siglo IX, inaugurando el primer Camino de Santiago”. Una vez dentro del recinto el trazado discurre por la plaza del Campo Castelo y las calles de San Pedro, As Nóreas -donde está ubicado el actual albergue de peregrinos-, El Progreso y A Raíña hasta llegar a la plaza Mayor, desde donde se descienden unas escalinatas para acceder finalmente a la plaza de Santa María. Aquí se yergue la catedral de Lugo, mostrando el ábside en el que se encuentra la capilla de A Virxe dos Ollos Grandes, la torre del Reloj y la puerta norte catedralicia, a través de la que se entra al templo. En torno a su girola -elemento característico de los templos situados itinerarios de peregrinación- se disponen capillas emblemáticas para los caminantes como pueden ser la de A Nosa Señora dos Ollos Grandes, la de San Froilán o la del Santiago, una de las más veneradas y primitiva sede parroquial luguesa, ya citada en 1286.

Al salir de la basílica existen dos posibles itinerarios que se juntan a las afueras de la ciudad, en la calle Calzada da Ponte. El primero de ellos pasa por la puerta de Santiago o del Postigo: se abandona la catedral por la puerta de poniente y se atraviesa la calle de Bon Xesús hasta cruzar a la antedicha puerta; se cruza la Ronda da Muralla y comienza un descenso por la rúa de Santiago que conduce directamente al río Miño y a Calzada da Ponte. El segundo camino abandona el recinto amurallado por la puerta del Carmen o Miñá y pasa por donde, según la tradición, nació San Froilán, patrón de Lugo, en el año 833. En este caso se sale del templo por la puerta norte continuando por la rúa de Bispo Basulto hasta la plaza del Campo. Avanza por la travesía del Miño, rúa Falcón y, finalmente, se desemboca en la puerta Miñá o del Carmen. Prosigue por la calle del Carmen y el camino Regueiro dos Hortos hasta llegar a Calzada da Ponte.

En el Lugo intramuros existieron y convivieron varios centros asistenciales para caminantes durante buena parte de la Edad Media, y hay constancia de que en el siglo XIV todavía eran varios los hospitales activos dentro del recinto. La ciudad cuenta pues con una intensa tradición; en algunos casos, está documentada en los papeles de compraventa de edificios en los que se especifica su futura dedicación. Próximo a la catedral, por la parte norte, se encontraba el albergue nuevo o hospital nuevo, también conocido como hospital de Santa María o de los pobres vergonzantes, construido durante el primer tercio del siglo XII. Otros hospitales de los que se guarda referencia son el de la casa de Campomanes -situado en la calle de la Catedral-, el de Santa Catarina, el de San Bartolomé -primero en la calle Batitales y trasladado posteriormente a las inmediaciones de la puerta Falsa- y el de San Miguel, próximo a la puerta del Carmen y último de la red asistencial urbana.

Por otra parte, los establecimientos monásticos de la ciudad situados al paso del Camino prestaban la función de acogida, especialmente en las instituciones mendicantes que asumían el albergue y protección de los peregrinos en épocas de crisis, tal y como fue el caso del convento de San Francisco. De todos modos, los monasterios no solían ser frecuentados por gentes del común y se reservaban para viajeros excepcionales o ilustres.

En lo que respecta a instalaciones asistenciales, dispone desde 2003 de un albergue público situado en As Nóreas, próximo a la puerta Toledana, dotado de 44 plazas y gestionado por la Xunta de Galicia.

La catedral de Lugo, con advocación a Santa María, es centro relevante dentro de peregrinación primitiva, entre otros motivos por contener imágenes e iconografías muy veneradas por la comunidad cristiana. La exposición permanente -que Xaime Delgado sitúa entre 1336 ó 1534- del Santísimo Sacra-mento es una de ellas, así como la Virgen de los Ojos Grandes, primera patrona de Lugo y enmarcada en un suntuoso retablo, San Froilán y el propio Santiago. De todos modos, algunos historiadores entre los que se encuentra Xaime Delgado, presuponen que el antiguo interés de los peregrinos en la catedral no se debe sólo a ser un centro de culto, sino también por la probabilidad de albergarse en su triforio.

La catedral fue reedificada sobre el solar de una vieja basílica paleocristiana destruida por los musulmanes a principios del siglo VIII. Se cree que este templo primitivo sería de considerables dimensiones y contaría con seis altares en cada lado. Existe la teoría de que pudo haber sido fundado por el apóstol Santiago a su posible paso en predicación por tierras luguesas, a pesar de que esta propuesta entra en el ámbito de la leyenda. En la actualidad está bajo la advocación de Santa María.

Es de estilo románico, revestido de barroco y neoclásico. La comenzó a construir en 1129 el maestro Raimundo de Monforte siguiendo el modelo de la catedral de Santiago: planta de cruz latina y tres naves longitudinales y tres ábsidas en la cabecera. Ya a principios del siglo XIV la cabecera primitiva fue derribada para dar lugar a una capilla Mayor y un deambulatorio o girola en la que se disponían cinco nuevas capillas absidales de estilo gótico con planta hexagonal. Del renacimiento conserva el retablo mayor, desplazado a los extremos de las naves del crucero y del que es autor Corniellies de Holanda. A comienzos del siglo XVI se construyó un pórtico para la portada románica del norte, donde se encuentra una representación también románica de un Cristo en majestad -probablemente del siglo XII- y un capitel colgante que representa la Última Cena. Ambos elementos forman un conjunto considerado una de las obras maestras de la escultura románica gallega.

Más adelante, en el siglo XVIII, la capilla absidal central fue remodelada según los patrones barrocos -1726 y 1734- por Fernando de Casas Novoa, autor de la fachada de O Obradoiro de la catedral compostelana, y Miguel de Romay. En su interior alberga una imagen románica en alabastro de Nuestra Señora de los Ojos Grandes. Del barroco también se conserva el conjunto escultórico de la sillería del coro, realizado en 1625 por Francisco de Moure. En él se encuentra un bajorrelieve de Santiago peregrino de cuerpo entero acompañado por San Pedro. Es una imagen de perfil con el hábito de peregrino compuesto de capa con plegamientos, esclavina con vieira, brazo derecho estirado para exhibir en primer plano un bordón con calabaza y códice abierto apoyado en la mano izquierda, incorporando la espada del matamoros como novedad en este tipo de iconografías peregrinantes. Otros importantes arquitectos barrocos trabajaron en la catedral, como es el caso de Domingo de Andrade, quien diseñó la sacristía en 1680. Finalmente, la primitiva fachada principal románica de poniente fue sustituida por un frontispicio neoclasicista dedicado al Buen Jesús en 1778, obra de Sánchez Bort.

Por lo que respecta a la capilla de Santiago, es una de las más venerables de las cinco absidales del siglo XV, lo que alimenta la creencia sobre el paso por la provincia del Santo Apóstol. Actualmente es designada capilla de Santa Teresa. Presenta una estructura de polígono de seis lados cubierto con bóveda de crucería y está dotada de un sencillo retablo neogótico con las imágenes de Santiago, Santa Teresa de Ávila y San Juan Evangelista. La reja que protege el acceso mandó instalarla Juan de Novoa i Lemos. Se trata de la verja más rica de todo el templo, con planchas de hierro dorado y policromado y grandes roleos que terminan en cabezas de animales fantásticos.

Lugo cuenta con un vasto patrimonio romano, medieval, barroco y neoclásico pero, sin duda, el monumento más importante que alberga es la muralla romana, declarada Patrimonio de la Humanidad desde 2000 y Monumento Nacional en 1921. Se trata de una de las más completas de Europa. Fue levantada a finales del siglo III. Tiene diez puertas, de las que cinco son antiguas, mientras que las demás se abrieron entre 1853 y 1921 para facilitar la comunicación. Una de las originales se conoce como puerta de Santiago, debido a que está presidida por una imagen ecuestre del Apóstol ordenada colocar por el obispo fray Francisco Izquierdo en el año 1759. Anteriormente era denominada puerta del Postigo y de uso restringido para el obispo y el Cabildo.

Otros monumentos relevantes son la iglesia conventual de San Francisco, cuyas dependencias y claustro son actualmente sede del Museo Provincial; el convento de Santo Domingo (s. XVII); la iglesia de San Froilán (s. XVIII), antigua capilla del hospital de San Juan de Dios; la iglesia parroquial de Santiago a Nova y el convento de As Angustias. [XIV]


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