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La heráldica inspirada en motivos jacobeos se desarrolló a partir de la Edad Media para convertirse en un código de identificación propio de la sociedad feudal, la nobleza, la Iglesia, militares, gremios y asociaciones, individuos, ciudades, villas y territorios. Así, los iconos asociados a la peregrinación aparecen ampliamente representados en diversos materiales y soportes como fachadas de edificios, retablos, libros, piezas de orfebrería, atuendos, sellos y documentos, entre otros, sobre todo vinculados al Camino de Santiago.

Los elementos que identifican en heráldica la temática jacobea son la venera o concha de vieira, la cruz de Santiago y la estrella de San Paio o de Santiago.

La utilización de la venera o concha de vieira en heráldica, muchas veces superpuesta a dos bordones, mímesis de las dos llaves cruzadas que llevaban los peregrinos a Roma, también está representada en algún caso en la Ciudad del Vaticano. Este motivo simbólico se cosía sobre el atuendo de peregrinos, superponiendo la concha sobre dos pequeños huesos que querían imitar los bordones. También se sitúa en algún caso en las representaciones de Santiago, sobre todo a partir del siglo XV, y como elemento decorativo en distintos edificios a lo largo del Camino, como sucede en la basílica compostelana.

La venera simboliza al caballero que se marcha a las fronteras de sus estados para ensancharlas combatiendo. También representa un espíritu ardiente dirigido hacia la emulación de las acciones heroicas de sus antepasados. La concha recuerda la legendaria batalla de Clavijo, ganada a los musulmanes en 844, cuando los cristianos invocaron a Santiago y este se les apareció y les ayudó a ganar la célebre contienda en la que sucumbieron 60.000 moros. La concha de vieira es símbolo del peregrino. Aparece en numerosos blasones tanto en edificios situados en el Camino de Santiago como en la propia ciudad. Unas veces se representa como venera de plata con tres flechas de oro cruzadas por detrás de ella, dos en aspa y otra perpendicular. También pueden aparecer de cinco en cinco, puestas en aspa.

El propio papa Benedicto XVI incluyó en su escudo una concha de vieira de color oro, que encierra una triple simbología. Tiene un significado teológico, ya que alude a la leyenda atribuida a San Agustín, representa a su antiguo monasterio de Schotten, en Ratisbona (Baviera, Alemania) y, además, simboliza al peregrino por el mundo, siguiendo las huellas del Juan Pablo II. La casulla que usó en la solemne liturgia del inicio de su pontificado exhibía en lugar destacado el dibujo de una gran concha.

La cruz de Santiago es otro símbolo heráldico ampliamente utilizado en fachadas, atuendos, libros y documentos diversos, así como en productos gastronómicos, como la tradicional tarta de Santiago, o entidades como la Sociedad Deportiva Compostela o el Club Celta de Vigo. Velázquez, Quevedo, los Reyes Católicos o el rey Juan Carlos han portado la cruz de Santiago bordada en lugar visible en alguno de sus uniformes de gala.

Se trata de una cruz latina de gules que simula una espada, con forma de flor de lis en la empuñadura y en los brazos. Su forma tiene origen en la época de las cruzadas, cuando los caballeros llevaban pequeñas cruces con la parte inferior afilada para clavarlas en el suelo y realizar sus devociones. Las tres flores de lis representan el honor sin mancha, que hace referencia a los rasgos morales del carácter del Apóstol. La espada simboliza el carácter caballeresco de Santiago y su forma de martirio, ya que fue decapitado con esta arma. Para otros autores, significa el hecho de tomar la espada en nombre de Cristo. Se trata de la misma cruz de la Orden de los Caballeros de Santiago, que la portaban estampada sobre el estandarte y la capa blanca. La cruz del estandarte podía tener también una venera en el centro y otra al remate de cada brazo.

Otra referencia frecuente en la heráldica jacobea es la que pretende simbolizar la aparición, en el siglo IX, de los restos del apóstol Santiago mediante un arca fúnebre sobre la que se sitúa una estrella que simboliza los destellos luminosos que milagrosamente dieron a conocer el lugar donde estaba situado el olvidado sepulcro apostólico. Esta heráldica, en cualquier caso, es reconocible casi de forma exclusiva en la ciudad de Santiago, ya que es el símbolo del Cabildo catedralicio. La fachada de O Obradoiro y la popular fuente de los Caballos de la plaza de As Praterías compostelana culminan con este tipo de representación, con una estrella de ocho puntas, que en heráldica representa el complemento equilibrado del mundo sensible y del insensible. La estrella es la imagen de la felicidad y significa la grandeza, la prudencia, la verdad, la luz, la majestad, la eternidad y la paz.

La también conocida como estrella de Paio, por ser quien primero la vio sobre el sepulcro, aparece ampliamente en la heráldica compostelana. Existen diversos ejemplos en la catedral, como en la fachada de As Praterías o en la del Tesoro.

En la Historia Compostelana (s. XII) se hace referencia a las luminarias que indicaron el lugar de la tumba del Apóstol, cuando “unos personajes, varones de gran autoridad, le refirieron el obispo Teodomiro como habían visto muchas veces de noche unas ardientes luminarias en el bosque y también que un ángel se había aparecido allí frecuentes veces, fue él mismo al lugar y vio, por sus propios ojos, las luminarias. Movido por la divina gracia, entróse aceleradamente en el mencionado bosquecillo y halló en medio de malezas ya arbustos una casita que contenía en su interior una tumba marmórea, pasó sin dilación a verse con el rey Alfonso el Casto y le notificó exactamente el suceso. El rey vino y, restaurando la iglesia en honor de tan gran Apóstol, cambió el lugar de la residencia del obispo de Iria por este que llama Compostela. Sucedió todo esto en tiempos de Carlomagno”. La estrella representa, por lo tanto, las luminarias que se observaron indicando el lugar del sepulcro.

Este investigador y experto en heráldica jacobea suiza es autor de un estudio sobre la presencia de conchas de vieira y bordones en escudos y blasones encontrados en las rutas históricas a Santiago. Entre sus conclusiones, destaca que estas armas estaban fechadas en su mayoría entre 1910 y 1930. Según su ensayo, existió un interés creciente por la heráldica, tanto en el siglo XIX como ante la proximidad de la Exposición Nacional de 1939, que supuso un incentivo para colocar armas de temática jacobea, con el objetivo de mostrar que su pasado era más noble.

Entre sus obras de temática jacobea, sobresale un artículo publicado en 1989 en Ultreia. Boletín de los Amigos del Camino de Saint-Jacques, de la asociación suiza de amigos del Camino de Santiago bajo el título Las conchas en el escudo municipal de Romandía. [IM]


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