San Salvador de Valdediós, monasterio de
Situado en el fondo del valle de Boides, en el concejo de Villaviciosa (150 m) en el Camino del Norte o de la Costa, Principado de Asturias. A 346 km de Santiago.
Una de las últimas muestras del prerrománico, la iglesia de San Salvador de Valdediós fue erigida en monasterio por siete obispos -Rosendo I de Mondoñedo, Nausto de Coimbra, Sisenando de Iria, Ranulfo de Astorga, Argimiro de Lamego, Recaredo de Lugo y Eleca de Zaragoza- el 16 de octubre del año 893, tal y como reza una inscripción sobre mármol en el exterior de la cabecera del mismo, bajo la protección de Alfonso III El Magno. El propio monarca se instaló en el monasterio durante su vejez, tras ser depuesto por sus hijos. A él se le atribuye la oración escrita junto a la relación de los siete obispos.
El cenobio de San Salvador no es sino una de las partes que conforman el monumental conjunto palaciego del monasterio de Santa María de Valdediós, fundado en el siglo XIII por una comunidad de monjes cistercienses, responsables de la masiva ampliación del edificio original, a modo de los conjuntos de Santullano y monte Naranco.
El monasterio de San Salvador, también conocido como el Conventín, se compone de planta basilical, con sillares en esquinas y contrafuertes. Las tres naves en las que se divide están separadas con arquería semicircular y carecen de crucero. La cabecera es tripartita y se muestra cubierta de bóvedas de cañón apuntadas, dividida en las capillas de Jesucristo -la principal-, Santiago y San Juan Bautista, todas ellas orientadas al Este. Tan sólo la nave central goza de ventana al exterior, enmarcada por un alfiz y formada por dos arcos de herradura que coronan las columnas y los capiteles.
En su ornamento cabe resaltar la utilización del mármol, así como la decoración de los capiteles con motivos vegetales y las representaciones pictóricas de los muros. Aunque escasas, estas destacan por las evidentes influencias mozárabes, técnica aplicada por los reyes asturianos para consolidar el cristianismo en el reino. Más tarde se adosó un pórtico real en la fachada sur. En el tímpano se muestran tres cruces pintadas, que probablemente sean las representaciones de la cruz de los Ángeles, flanqueada por los símbolos del Alfa y el Omega del Apocalipsis en sus extremos.
La importancia del Conventín radica en el hecho de que se trata de la última gran obra de influencias prerrománicas, muestra a su vez de una incipiente arquitectura románica.
Cuenta en la actualidad con una hospedería para peregrinos, que se mantiene con donativos voluntarios. También es posible realizar visitas guiadas por el templo y asistir una vez al mes (dos en verano y diciembre) a la celebración de misa según el antiguo rito hispano-mozárabe. Hoy en día reside entre sus muros una comunidad de monjes sanjuanistas.
Desde Valdediós el camino parte hacia el alto de La Campa, visitando antes la aldea de Vallina Oscura. Si las condiciones climáticas son favorables, puede tomarse desde esta población la ruta hacia Arbazal, retomando el camino real que tan duramente ascendía hasta el alto de La Campa. Sin embargo, los viandantes tienen la posibilidad de, desde Vallina Oscura, desviarse hacia el oeste hacia Villarrica, donde el destino vuelve a ser, una vez más, el puerto de montaña de La Campa. [SOB]