XacopediaZaragoza

Localidad de 700.000 habitantes (210 m) en el Camino del Ebro, capital de la comunidad de Aragón. A 721 km de Santiago de Compostela. Ciudad de origen romano, la tradición jacobea sitúa en ella la más famosa aparición de la Virgen en España. Tendría lugar durante la legendaria predicación del apóstol Santiago por Hispania.

La crónica del obispo Máximo de Zaragoza recoge los acontecimientos más importantes que ocurrieron durante el pontificado de este prelado, entre 592 y 616, y habla de que “Caesaraugustae templum Dei genitricis sanctum et a divo Jacobo constructum quod ad Columnam dicitur, celebre habetur” [Existe un templo en Zaragoza, célebre y sagrado, llamado de la Columna, dedicado a la Madre de Dios y mandado construir por el divino Santiago]. En el siglo VI, el Breviarium Apostolorum realizaba por vez primera por escrito una referencia a la presencia del apóstol Santiago por tierras de Hispania para difundir el Evangelio, siguiendo el mandato que los discípulos habían recibido de Jesús antes de ascender ante ellos a los Cielos: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura”.

Estas dos circunstancias, la predicación de Santiago por estas tierras y la existencia en Zaragoza de un templo llamado de la Columna dedicado a la Virgen María y mandado edificar por Santiago, reforzaron a lo largo del tiempo la tradición jacobea del Pilar de Zaragoza.

En un códice del siglo XIII conservado en la catedral zaragozana, se dice que Santiago “llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar algún descanso”. Un día que se encontraba pensativo a orillas del Ebro, el Apóstol “oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol”. La Virgen le pidió que levantase en ese lugar un templo en su honor y le prometió que permanecería “hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio”. Así lo hizo Santiago, aunque regresó antes de que estuviese terminada la iglesia a Jerusalén, donde murió mártir poco después.

Las leyendas de la aparición de la Virgen a orillas del Ebro ante Santiago y del primer templo mariano de la cristiandad en Zaragoza hermanan de alguna manera a esta ciudad con Compostela, una vinculación reforzada por el Camino del Ebro. Los peregrinos llegados de tierras catalanas se dirigían primero a Zaragoza para visitar el santuario de la Virgen del Pilar, desde allí se unían en Logroño a los que llegaban por el Camino Francés y juntos realizaban su viaje piadoso hasta Compostela.

Tras la reconquista de la ciudad por Alfonso I en 1118, ante el deterioro sufrido por el templo del Pilar durante el dominio musulmán, se decidió levantar una iglesia románica, de la que hoy sólo se conserva el tímpano de la actual fachada meridional, que acogiese dignamente la sagrada columna que los fieles veneraban.

Entre los años finales del siglo XIII y los iniciales del XIV se levanta un nuevo templo gótico mudéjar y se da un impulso tanto a la devoción y el culto a la Virgen del Pilar y a Santiago como a las peregrinaciones. En 1315, se construyó el hospital de Santa Marta, con 12 camas para peregrinos, y en 1358, el de Santa María del Conde de Luna, con 30 camas.

Por otra parte, un informe del canónigo archivero de Zaragoza señala que, con motivo del Año Santo de 1434, el primero de la historia, muchos peregrinos extranjeros que se dirigían a Santiago veneraban también “la sagrada capilla de Nuestra Señora del Pilar de esta ciudad de Çaragoça”.

En 1481, el rey Fernando el Católico, que junto a su esposa Isabel impulsó la hospitalidad con los peregrinos a Santiago, afirma en una confirmación de privilegios anteriores concedidos al santuario del Pilar, que lo hace “en atención a la celebridad histórica de la Santa Capilla construida por Santiago el Mayor a consecuencia de habérsele aparecido la Virgen y a los milagros que allí se obraban”.

Los elementos barrocos que hoy dominan en el exterior de la basílica empezaron a añadirse en el siglo XVII. Barroca también es la Santa Capilla de Nuestra Señora del Pilar, que acoge la venerada imagen de María sobre la Columna. En un humilladero los fieles pueden besar esta reliquia. Junto a la imagen de la Virgen sobre la Columna se representan las escenas de su venida para animar a Santiago. María dirige su mirada a la escena que aparece a su derecha, con el Apóstol y los discípulos que lo acompañaban, Indalecio, Eufrasio, Tesifonte, Torcuato, Hesiquio, Cecilio y Segundo. En el altar mayor aparece otra imagen del Apóstol también representado en la capilla barroca de Santiago o de la Comunión. En la sacristía mayor de la basílica se conservan tres sargas góticas pintadas a finales del siglo XV en las que se representan las escenas de la predicación del Apóstol en España, la venida de la Virgen en carne mortal a Zaragoza y cuatro milagros atribuidos a su intercesión.

La catedral de Zaragoza o seo del Salvador se empezó a construir en 1140, pocos años después de la reconquista de la ciudad por Alfonso I en 1118. El templo, concebido según los cánones del románico, fue transformado en el siglo XIV en la actual catedral gótica, aunque en el XVIII incorporó elementos del barroco en la fachada y la torre del campanario. El retablo mayor de alabastro, dedicado al Salvador, es una de las joyas del gótico, y allí se representan las escenas de la adoración de los Reyes Magos, los primeros peregrinos a Tierra Santa de la historia; la transfiguración de Cristo ante Pedro, Santiago y su hermano Juan, sus discípulos predilectos, y la Ascensión del Señor a los Cielos, contemplada, según los Evangelios, por Santiago y los demás apóstoles. La capilla barroca de Santiago el Mayor está presidida por una talla renacentista del Apóstol peregrino, de principios del siglo XVI; en sendas hornacinas acoge las imágenes de San Roque, representado con vestimenta jacobea, y Santo Domingo de la Calzada, llamado así por las obras que realizó para mejorar el paso por tierras riojanas de los peregrinos a Compostela. Las paredes de la capilla están decoradas por unas pinturas de finales del XVII, en las que se representan las escenas de la batalla de Clavijo, donde Santiago acudió en auxilio de las tropas cristianas, comandadas por el rey Ramiro I, que se enfrentaban a los sarracenos; la aparición de la Virgen ante Santiago a orillas del Ebro en Zaragoza, y el martirio de Santiago, mandado decapitar por Herodes.

Destacan entre los edificios civiles de la ciudad el palacio de Alfarería, el torreón de la Zuda, el palacio de los Condes de Morata, la Lonja, el teatro Principal, el edificio de Correos o las sedes del Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial y el Ayunta-miento, y entre las iglesias relacionadas con advocaciones jacobeas, las de San Gil, Santa María Magdalena, San Nicolás de Bari, San Francisco de Asís, Santa Isabel de Portugal y la del propio Santiago el Mayor. Zaragoza cuenta con una de las asociaciones de amigos del Camino más antiguas de España. Se creó en 1987 y entre sus directivos figuró un histórico peregrino y pionero del renacer del Camino, Alejando Uli. [JS]

V. De ortu et obitu patrum / Máximo de Zaragoza


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