XacopediaSan Juan de la Peña, monasterio de

Templo benedictino aragonés en las proximidades de Jaca (Huesca) vinculado al Camino de Santiago. En realidad, el conjunto de San Juan de la Peña está formado por dos cenobios, el viejo y el nuevo. El primero es el que mantuvo una relación histórica más directa con la Ruta Jacobea y actualmente, ya sin actividad, sigue siendo visitado por peregrinos. Tampoco hay guía del Camino que no le preste atención. Situado a poco más de 10 km de Jaca, a la salida de esa población, la Ruta ofrece un desvío hasta este lugar. Se pasa primero por el monasterio nuevo, de formas barrocas, para encontrarse, unos 1.500 m después, con el viejo. El trazado continúa por otro conjunto excepcional, la románica iglesia de Santa María de la Serós, retomando el recorrido más directo en la localidad de Santa Cilia de Jaca.

La tradición atribuye la fundación del viejo cenobio de San Juan, que sorprende por su espectacular entorno y ubicación bajo una gran masa rocosa a la que debe su nombre, a los hermanos zaragozanos Voto y Félix, llegados a estos aislados parajes en el siglo VIII huyendo de la invasión árabe.

Las reliquias atribuidas a los dos fundadores se conservan en la catedral de Jaca, donde también se encuentran las de San Indalecio, uno de los siete varones que, según algunas tradiciones en clave jacobea, decidieron seguir a Santiago tras el paso de este por Zaragoza en su misión evangélica en Hispania. Antes de ser trasladados a Jaca, los restos de este santo permanecieron, durante parte de la Edad Media, en San Juan de la Peña, adonde llegaron hacia el año 1084 procedentes del sur de España, rescatados de la España musulmana.

Históricamente, uno de los motivos que vinculan a este cenobio referencial en la historia del reino aragonés con la Ruta Jacobea es la presencia en él, según una leyenda española, del Santo Grial, la mítica copa por la que Jesús bebió en su Última Cena. Eran más o menos frecuentes los peregrinos que no querían pasar sin acercarse a venerar y contemplar esta reliquia entre las reliquias, siempre relacionada de modo más o menos ajustado con la mística del Camino.

La supuesta copa bíblica llegaría a tierras aragonesas en el siglo III, traída desde Roma por San Lorenzo, un diácono oscense decidido a preservarla en su tierra de origen ante las persecuciones del emperador Valeriano contra los cristianos. Se conservaría en la ciudad de Huesca, hasta que el avance de la invasión musulmana motivaría su traslado a San Juan de la Peña, llevada a este lugar más protegido y oculto por el obispo oscense. Aquí pudo permanecer, según versiones, hasta finales del siglo XIV o comienzos del XV, momento en el que sería llevada posiblemente a Zaragoza y a continuación a Barcelona, hasta ir a parar a la catedral de Valencia (1437), donde permanece.

El monasterio surge con su actual nombre en 1025, de la mano del rey Sancho el Mayor; pronto se convertiría en el más relevante de Aragón y, desde 1071, en el primero lugar español donde se aplicó la reforma cluniacense, decisiva para el afianzamiento de las peregrinaciones jacobeas. Tuvo, en este sentido, ciertos derechos sobre determinados lugares del Camino, como la villa de Estella.

La parte más famosa de San Juan de la Peña es el claustro románico descubierto ubicado bajo la gran roca. Conserva elementos anteriores de origen mozárabe. Entre los peregrinos que se cuenta que pasaron por este cenobio estaría San Francisco de Asís (ca. 1214), según alguna tradición. Además, parece probable que, ante la relevancia de sus reliquias en la Edad Media, lo hicieran otros. San Juan de la Peña gestionó un hospital de peregrinos en las inmediaciones del Camino. A finales del siglo XVII entró en servicio el monasterio nuevo, más cómodo, muy cerca del antiguo y también de interés. [MR]

V. Santo Grial


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