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País centroeuropeo, de los primeros que adoptó el culto al Apóstol tras el descubrimiento de su sepulcro. Ya en el siglo IX se observan referencias al nombre de Jacobus en documentos encontrados en Salzburgo. El mismo Obispado de Salzburgo fue fundado por Bonifacio, “el apóstol de los alemanes”, ya en el año 732.

Por otra parte, la adscripción de este país al Sacro Imperio Romano Germánico en aquellos años fue decisiva para la consagración de una Ruta de peregrinaje a Compostela. Buena muestra de ello es la existencia de hasta trescientas versiones del Pseudo-Turpín, libro IV del Codex Calixtinus que relata la intervención de Carlomagno en el hallazgo de la tumba apostólica, así como su cruzada por tierras españolas en pos de la liberación del yugo musulmán. Contribuyó a promocionar la leyenda carolingia la dinastía de los Hohenstaufen, especialmente el emperador Federico I Barbarroja, quien defendió su canonización en el año 1165.

Diferentes órdenes monásticas se dedicaron a propagar la adoración al santo ya desde el siglo XI. Serían sobre todo los monjes de la Orden cluniacense, para los que Santiago era un santo de peregrinación por el que sentían especial predilección. Así, el Apóstol preferido de Jesús influyó en la creación de iglesias y cenobios, entre ellos el de la localidad austriaca de Schwarzach.

Con la llegada del siglo XIII se comenzará a experimentar un aumento en el número de caminantes a Compostela, procedentes de la actual Austria pero también desde los lugares más recónditos del resto del Sacro Imperio.

A partir del año 1475 surgen numerosas cofradías de Santiago en todo el imperio, también en Austria. La región del Tirol sería durante la Edad Media un punto de especial devoción a Santiago. Hye considera que las peregrinaciones tirolesas a Compostela tuvieron una gran continuidad hasta el siglo XVIII.

La conocida feria jacobes de Munich, la cual se mantiene en la actualidad a través de los siglos, polarizó en buena medida los viajes desde la XIII centuria. Hasta el siglo XVI esta célebre fiesta ganó en adeptos, hasta llegar a los 60.000 visitantes de media en 1500. Desde Salzburgo también par-tían multitud de caminantes hacia esta localidad alemana, pasando antes por Ulm. Los desplazamientos se intensificaron a partir de 1388, año en el que fueron encontradas las reliquias del convento de Andechs. Los restos se-rían exhibidos desde entonces todos los días de feria, atrayendo a un número ingente de visitantes.

Entre los siglos XVI y XVIII, a raíz de la Reforma protestante, se observa un declive de la devoción al Apóstol en toda Europa, lo que se traduce en un descenso muy acusado del número de peregrinos.

Entre los peregrinos famosos destaca el duque Leopoldo de Austria, cruzado que visitó Compostela en 1211. También cabe mencionar, ya a finales del siglo XV -concretamente en el año 1494- el viaje emprendido por el médico tirolés Ieronimus Münzer, residente en Nuremberg. Inició junto con tres jóvenes alemanes el Camino Portugués el 2 de diciembre de ese año, visitando Santarem, Tomar, Coímbra, Barcelos, Ponte de Lima y Valença do Miño, entrando por Tui el día 11 del mismo mes. La llegada a Santiago tendría lugar el 13 de diciembre, tras visitar por este orden Pontevedra, Caldas y Padrón. Al día siguiente la expedición partió de vuelta, esta vez siguiendo el Camino por Villafranca del Bierzo. En la crónica de Münzer se mencionan numerosos detalles de fábrica sobre la catedral compostelana.

Uno de los mayores expertos en las tradiciones religiosas de Austria, Gustav Gugitz, recoge entre su inventario estudiado varios ejemplos relacionados con el culto al Apóstol. Así, el autor menciona importantes muestras del patrimonio artístico, como la estatua de Santiago originaria del convento de las agustinas Auf der Hülben y que tras numerosos avatares sufridos por el cenobio -incendios, destrucciones…- aún a día de hoy se conserva en el convento de las ursulinas en Viena. Otra talla, inédita en esta obra, es la efigie de Santiago con una urna bajo el brazo, custodiada en la parroquia de Santiago de Kaltenleutgeben. De este autor destaca su monumental Oesterreichische Gnadenstätten in Kult und Brauch (Viena, 1955-1958), obra compuesta por cinco tomos que menciona la existencia de numerosas iglesias bajo la advocación de Santiago en toda Austria, concretamente las fundadas entre los siglos XII y XVIII. Menciona en especial una construida en Penzing en 1267 como peregrinación suplente o Ersatzwallfahrt.

Además de los templos, el autor se hizo eco de la presencia de fuentes con el nombre del Apóstol, así como imágenes, mobiliario, procesiones, peregrinos e incluso leyendas. Entre estas últimas, era frecuente que Santiago tomara forma de anciano, portando una bolsa con dinero cada vez que ocurría un incendio u otra catástrofe para ayudar así en su reconstrucción. De la localidad de Gannwall se dice que una vez Santiago el Mayor descansó sobre una piedra que hay allí. En la población de Leutasch, que conserva una iglesia de Santiago de finales del siglo XVII, existe una versión del popular milagro del gallo, la gallina y el ahorcado. Por último, en la pequeña aldea de St. Jakob am Thurn, cuyo nombre evoca claramente la devoción al Apóstol, se fundó una cofradía de Santiago que se erigió en promotora de viajes a Compostela. Aún a día de hoy esta hermandad lleva a cabo ceremonias que atraen a gran número de visitantes.

Otro autor versado en el Camino de Santiago fue Leopold Schimidt (1912-1981), director del Museo Etnológico de Viena. Entre las leyendas que recoge destaca la aparición que tuvo un vigía, al que el Apóstol quería advertir de la invasión turca.

Además de describir las representaciones de Santiago en numerosas iglesias, capillas, fuentes, pinturas, relicarios… de toda Austria, Schimidt realiza un estudio de las peregrinaciones emprendidas desde el Tirol, entre 1070 y el siglo XVIII. En 1962 Nicolaus Grass también publicó su Tiroleses en España, centrado en las peregrinaciones a Compostela desde esta región entre los siglos XII y XV. El estudio sirve para constatar la importancia histórica del Tirol en relación con el culto al Apóstol. No en vano, son numerosas las iglesias y capillas dedicadas a Santiago -según Hüffer, se contabilizan unas setenta solo en este land- así como las cofradías. Asimismo, existen en el Tirol varias localidades denominadas Santiago y en el vecino land de Carintia, próxima a la ciudad de Klagenfurt, hay una aldea llamada Galizien. Otro autor austríaco, Erich Egg, se centra en un artículo de 1965 en las diversas peregrinaciones emprendidas desde esta prolífica región. Destaca la historia de Udalschalk, vecino que al no poder realizar su viaje hasta Compostela, costeó un altar a Santiago entre 1165-1170.

Entre los vestigios jacobeos dignos de mención destacan los cinco emblemas medievales encontrados en diferentes puntos de Austria. Por otra parte, está documentado que durante el siglo XVII, cuando la Reforma ya había calado hondo en la sociedad centroeuropea, se representó en la ciudad de Innsbruck (1624) una tragicomedia que constituía una adaptación del milagro del gallo, la gallina y el ahorcado.

El recorrido completo por Austria abarca unos 803 kilómetros, desde Wolfsthtal-Reeglesbrunn hasta Innsbruck. A la altura de la capital, Viena, los itinerarios posibles son dos. El primero parte hacia el suroeste, visitando las urbes de Linz y Salzburgo. A continuación prosigue por Italia, atravesando los enclaves de Verona, Milán y Torino, uniéndose a la Vía Francígena hasta Arlés. En cuanto a la segunda variante, prosigue desde la capital hacia el noroeste del país, pasando nuevamente por Linz y Salzburgo, pero en esta ocasión con dirección a Innsbruck. Atraviesa Suiza, país donde visita el monasterio de Einsiedeln, punto de comienzo además de la Oberstrasse o Camino Alto descrito en el siglo XV por el peregrino Hermann Künig von Vach. La vía alta enlaza ya en Francia con la Ruta de Le Puy.

Cuenta con una asociación de peregrinos, denominada Österreichische Jakobusgesellschaft, en la localidad de Volders, cerca de Innsbruck.

Un semanario publicado cerca de Salzburgo en los años 80 -concretamente del día 31 de julio de 1986- menciona que todos los años se celebra el 25 de julio la conmemoración del Apóstol. Esta fiesta goza de especial relevancia en una localidad de los alrededores, curiosamente denominada Santiago, en la que se llevan a cabo desfiles con trajes típicos españoles de corte antiguo, salvas de honor, procesiones y fuegos artificiales.

Desde el año 2006 hasta el 2008 viajaron hasta Compostela un total de 229 peregrinos de esta nacionalidad. Curiosamente, Austria no registra la tendencia al alza que sí se da en otros países centroeuropeos en el año 2008. Al contrario, mientras en 2007 visitaron el Santo Lugar 79 austriacos, al año siguiente esta cifra bajaba hasta los 72. [SOB]

V. Alto, Camino / Leopoldo de Austria / Künig von Vach, Hermann


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