XacopediaCoruña, A

Ciudad de 250.000 habitantes del Camino Inglés, en la costa noroeste de Galicia. A 74 km de Santiago. Situada a la entrada de la ría del mismo nombre, en ella se inicia uno de los dos principales trazados terrestres -el otro procede de Ferrol- del Camino Inglés. A Coruña fue el gran puerto medieval de recepción de peregrinos jacobeos.

Pero la relación coruñesa con el mar había surgido mucho antes. En el siglo II los romanos construyeron a la entrada de la ría el más relevante faro histórico de la Península Ibérica, la Torre de Hércules, que andando los siglos tantos peregrinos vería pasar ante ella. Debido a la relevancia de este punto de señales marítimas, el lugar, que los romanos conocían como Magnus Portus Artabrorum, acabó siendo citado polos marineros locales y extranjeros como Farum o Far [Faro] durante gran parte de la Edad Media, y por este nombre lo conocían también los primeros y esporádicos peregrinos europeos llegados hasta aquí durante el siglo XI y las primeras décadas del XII, entre los que hubo algunas naves de cruzados que ocasionalmente aprovechan su paso ante las costas gallegas, camino de Tierra Santa, para peregrinar a Santiago.

A mediados del siglo XII, quizá debido a algún tipo de problemática local o al miedo a las incursiones piratas, Faro entra en decadencia y la actividad portuaria se traslada unos 8 km hacia el interior de la ría, a O Burgo, a donde siguieron llegando peregrinos con cierta frecuencia.

Comienza la afluencia//// En 1208 el rey Alfonso IX refunda la antigua urbe y zona portuaria de Faro, que comienza a conocerse como A Coruña -topónimo original de una parte de esta-, y entra en un período de expansión portuaria y comercial que provoca, a su vez, la decadencia de O Burgo. Será en la segunda mitad del siglo XIV y en el XV cuando lleguen al puerto coruñés millares de peregrinos procedentes de casi toda la fachada atlántica europea, pero sobre todo de Gran Bretaña, como muestran las investigaciones en el Reino Unido de Constance M. Storrs a mediados del pasado siglo o de la gallega Elisa Ferreira, más recientes.

Las licencias individuales que la Corona británica concede para peregrinar a Galicia -el destino es casi siempre el puerto herculino- se cuentan por miles. Así sucede, por ejemplo, en 1395, 1428, 1434, 1445 y 1462, entre otros años. Las naves que por este motivo arriban al puerto de Corunna o La Groyne -dos formas de mención, entre otras, utilizadas por los peregrinos extranjeros- eran decenas cada año. Entre las causas que influyeron en este incremento sobresalen la Guerra de los Cien Años (1337-1453), que dificultaba el paso por Francia, y el avance en las técnicas de navegación. El objetivo del viaje era, si coincidía con un año santo compostelano, la obtención de las indulgencias plenarias otorgadas en el santuario compostelano.

Por este motivo, los momentos de mayor afluencia se relacionan con los años santos compostelanos, cuando se podían obtener dichas indulgencias. No se dispone de datos tan precisos de otras procedencias -e incluso la mejor documentación, la inglesa, está incompleta-, pero el puerto coruñés fue también de referencia para otras naves europeas que de manera específica o complementaria trasportaban peregrinos. En 1473 hay noticia de la llegada de cuatro buques de Hamburgo (Alemania) y hay otros ejemplos. Los peregrinos empleaban entre cuatro y seis días de media en ir a Santiago y volver a A Coruña, donde la gran mayoría embarcaba de nuevo.

Esta actividad, muy intensa en algunos períodos, junto con su consolidación como puerto comercial y de refugio, tuvo notable repercusión. En 1441 el arzobispo de Santiago, Lope de Mendoza, posible fundador del año santo compostelano, eleva a colegiata la parroquial de Santa María justificándolo por la importancia de la ciudad, a la que “llegan muchísimos extranjeros de diversas partes del mundo”. Él lo sabía bien, ya que el Arzobispado compostelano poseía derechos de anclaje en el puerto local, y de ellos obtenía sabrosas rentas, especialmente en los años jubilares. En el siglo XVI el flujo peregrinatorio por mar cae de forma irremediable -sólo va a perdurar cierta presencia francesa- por variadas razones, entre las que está el éxito del protestantismo en los países de origen.

Actualmente alguna que otra embarcación fletada para la ocasión mantiene viva estas presencias. También algunos trasatlánticos que arriban al puerto organizan viajes a Santiago, pero son casi siempre turísticos.

El puerto coruñés ha perdido, por tanto, su histórico sentido como referente jacobeo. La gran mayoría de los peregrinos que realizan el Camino Inglés desde la ciudad hacen únicamente el tramo terrestre eligiendo como principal punto de partida la simbólica iglesia de Santiago, situada en la Ciudad Vieja -el antiguo núcleo portuario que dio origen a esta urbe-, y hasta la que se dirigían muchos peregrinos medievales antes de iniciar ruta a Compostela. Al lado de la iglesia de Santiago había un hospital, uno de los que con mayor o menor dedicación llegaron a acoger peregrinos en la ciudad. Pero este templo no era el único que llamaba la atención de los peregrinos. Éstos reunían en otros de la ciudad, como los antiguos de San Jorge -era especialmente visitado por los ingleses; el actual es del siglo XVIII- y San Francisco, donde el devoto inglés William Wey (1456) escuchó predicar en su lengua.

Otros motivos jacobeos//// Desde el siglo XVI la vinculación coruñesa con el hecho jacobeo fue perdiendo vigor, como ya dijimos. Aun así, la ciudad resultaría clave para evitar el expolio de la catedral de Santiago en 1589 al cortar el paso, tras una feroz resistencia en la que destacó la heroína local María Pita, a una poderosa flota naval al mando del inglés Francis Drake.

Según las noticias que llegaban a Santiago, Drake pretendía tomar A Coruña y hacer a continuación lo mismo con Compostela. Fue el momento en el que se ocultaron las escasas reliquias apostólicas aún conservadas, perdiéndose la memoria del escondite hasta su redescubrimiento en 1879.

A principios del siglo XX los arciprestazgos gallegos, animados por el Arzobispado de Santiago, empiezan a realizar grandes peregrinaciones a la catedral compostelana durante los años santos, pero las del Arciprestazgo de Faro -así se seguía denominando A Coruña en el ámbito eclesiástico compostelano- siempre se situaban entre las menos concurridas. Seguramente era el resultado de las tradicionales relaciones distantes entre ambas ciudades, pero también la evidencia de que la memoria histórica de lo que A Coruña debía a las peregrinaciones se había perdido.

La peregrinación a Santiago desde A Coruña, actualmente casi exclusivamente circunscrita al tramo terrestre entre ambas urbes, vive un lento pero continuado crecimiento. La principal iniciativa al respecto se tomó en 2017, cuando la Catedral de Santiago aprobó conceder la compostela desde la urbe herculina, pese a estar a menos de los 100 kilómetros exigidos para ello. Eso sí, bajo dos condiciones: se concede a los vecinos de la comarca coruñesa y a los no coruñeses que justifiquen haber realizado al menos 25 km de cualquier otro itinerario jacobeo reconocido por la basílica compostelana. En 2008 la Torre de Hércules, el faro por excelencia de los peregrinos, fue inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial. [MR]

V. Santiago de A Coruña, iglesia de.


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