Los peregrinos que desde los siglos IX y X entraban en la península en su viaje a Santiago necesitaban un lugar de reposo en su complicada subida a los puertos pirenaicos, por lo que no sorprende que ya en el siglo XI hubiera en el alto de Ibañeta un pequeño monasterio-hospital dedicado a San Salvador. Sin embargo, el empuje del fenómeno jacobeo obligó a la Iglesia navarra -y en particular al obispo de Pamplona- a interceder en la asistencia de estos devotos por lo que, en 1127, Sancho de Larrosa decidió crear una cofradía de laicos y eclesiásticos que atendiera un nuevo albergue en las cercanías de Orreaga-Roncesvalles, muy próximo a Ibañeta, pero en un lugar más protegido de las inclemencias del tiempo.
Pese a todo, la cofradía no fue suficiente y tan solo ocho años después una colegiata de canónigos, presidida por el prior Sancho, se puso al frente de hospital. La protección real y episcopal, junto con la proyección universal de la leyenda carolingia y de la multitud de peregrinos que se alojaron en él, hicieron de este enclave uno de los ejes centrales del Camino de Santiago.
En el códice de La Pretiosa, del siglo XIII, conservado en Roncesvalles, se resaltan las inmejorables condiciones de acogida del albergue: “La puerta se abre a todos, enfermos y sanos, así a los católicos como a los paganos, judíos, herejes, ociosos, y vanos, y a todos recibe como a sus hermanos”. También menciona que los caminantes recibían un baño y se les arreglaba el calzado, los enfermos tenían los mejores cuidados con los productos de mayor calidad y se podía descansar en lechos limpios y blandos, atendidos por bellas y honestas mujeres. El hospital ofrecía hasta cinco comidas compuestas por pan, vino y carne y daba a los caminantes tres noches de albergue. En el siglo XVII se repartían 25.000 raciones anuales entre los peregrinos, a quienes se daba una ración de 600 onzas de pan, media pinta de vino y suficiente pitanza de caldo y carne, a no ser en viernes, sábado, cuaresma y vigilias, que se les ponía abadejo o sardinas y huevos o queso con caldo de legumbres.
El hospital que existe actualmente, en fase aún de ampliación y mejora (2009), fue diseñado en 1792 por el arquitecto José Poudez, y se levantó entre 1802 y 1807 con los criterios de la arquitectura neoclásica. Consiste en un gran bloque horizontal con tres plantas hacia el patio y cuatro hacia el este, apenas marcado por ventanales cuadrangulares y al que se accede por un portal con arco de medio punto enmarcado por pilastras, friso y frontón triangular. [TRI]
V. Cantar de Roldán / Roncesvalles / Roncesvalles, batalla de / Roncesvalles, real colegiata de Santa María de