XacopediaPrimitivo, Camino

Ruta de peregrinación jacobea que recorre las comunidades autónomas de Asturias y Galicia. Parte de Oviedo, la capital asturiana, y concluye en Santiago de Compostela. Pasa por el Principado de Asturias y las provincias gallegas de Lugo y A Coruña. Enlaza con el Camino Francés en la localidad de Melide, A Coruña, a 53 km de Santiago de Compostela. Alcanza los 253 km, de ellos 133 en Asturias y los 120 restantes en Galicia, hasta Melide. Si se enlaza con esta ruta desde la ciudad de León, dejando atrás el Camino Francés, hay que recorrer unos 120 km entre las dos ciudades.
En Asturias se conoce como Camino Primitivo o Camino del Interior y se cita con frecuencia como ramal del Camino del Norte. En Galicia su nombre oficial es Camino Primitivo, aunque, lo mismo que sucede en la comunidad vecina, varios de sus tramos tienen denominaciones propias, en varios casos vinculadas a la peregrinación. Por su origen, era frecuente referirse a el como Camino de Oviedo y se le ha citado como el Camino Fundacional, por ser la primera ruta de peregrinación conocida.
El Camino Primitivo fue posiblemente el seguido por el rey Alfonso II el Casto desde Asturias a la futura Compostela para certificar el descubrimiento del sepulcro de Santiago (820-830). Sería el primer peregrino jacobeo de la historia. Aquí encontramos el motivo por el que se adjetiva a este itinerario como primitivo: los primeros peregrinos llegaron desde el este del Reino de Asturias -el actual Principado-, del que Galicia formaba parte. Este hecho resultó ser, además, muy significativo, ya que sus monarcas, desde el tiempo de Alfonso II el Casto hasta Alfonso III el Magno -muerto en el 910, cuando se traslada la capital a León-, fueron todos peregrinos a Santiago. De Alfonso III se sabe con certeza que utilizó este itinerario (872-874).
Desde la consolidación del Camino Francés por tierras leonesas (s. XI), el Camino Primitivo dispuso de un ramal entre León y Oviedo seguido a través de la historia por peregrinos de variada procedencia. Su objetivo era y es visitar las famosas y muy estimadas reliquias de la catedral ovetense, dedicada al Salvador, antes de continuar a Santiago. A veces el viaje se hacía en sentido inverso. Actualmente esta ruta es citada con frecuencia como Camino del Salvador.
Resulta sorprendente la rápida consolidación del santuario compostelano en el siglo IX pese a que comenzaba a existir otro en Oviedo, la capital del reino, con reliquias de gran valor. ¿No temía el rey Alfonso II el Casto, la competencia de los restos de Santiago el Mayor, todo un apóstol, para las aspiraciones ovetenses? Quizá resultase en aquel momento más importante consolidar la parte occidental del reino, permanentemente amenazado por los sarracenos y por mar, que la competencia entre cristianos de una y otra parte. Fomentar el santuario compostelano podría ser la forma más idónea de reforzar la parte occidental del reino, y para ello nada mejor que establecer un Camino de ida y vuelta a las preciadas reliquias de ambos extremos territoriales.
El primero en dar ejemplo fue el propio monarca Alfonso II. Pero a él le siguieron sus sucesores, entre ellos Alfonso III el Magno, que peregrina por esta ruta desde la capital para postrarse ante el Apóstol y conceder al santuario nuevos privilegios. Con él marchaba su esposa Jimena, la primera mujer peregrina conocida. Hay noticias de otras gentes asturianas por esta ruta antes del siglo XI.
Cuando en el 910 se traslada la capital del Reino de Oviedo a León, el santuario ovetense sufre un duro revés que se acentuará con la consolidación después del año 1000 del Camino Francés por tierras leonesas. Pero no todo serán desgracias.
Pronto los peregrinos llegados de más allá de los Pirineos descubrirán el desvío del Camino Francés hacia la catedral del Salvador. Concedían gran valor espiritual a esta y a la catedral de Lugo, ya en Galicia, con su exposición permanente del Santísimo Sacramento. Vázquez de Parga, citando a Villamil y Castro, recuerda una escritura otorgada en 1345 por la que se arrienda el altar de una iglesia de la ciudad en 700 maravedís, siempre y cuando Francia e Inglaterra no entren en guerra, porque de lo contrario se reduciría esa cantidad, evidenciando la relevancia de la peregrinación en esta ruta.
En los siglos siguientes, el Camino Primitivo perdió presencias, pero nunca dejó de tener caminantes. Sólo en el siglo XIX la decadencia será casi total. En la segunda mitad del siglo XX comenzó a tener vida de nuevo. Surgieron asociaciones con la intención de reunir a todo tipo de personas interesadas en la promoción de las vías asturianas de peregrinación. Se publicaron los primeros estudios y guías, al tiempo que llegaban los primeros peregrinos, incluso antes de que el camino estuviese recuperado y señalizado.
Si consideramos el Camino Primitivo o del Interior un simple ramal del Camino Norte, esta ruta desde Oviedo se convierte en una de las opciones que aquel ofrece. Si lo vemos como un itinerario independiente, estaremos considerando su propia personalidad. Aquí nos referimos al trazado desde Oviedo a Santiago por el interior, iniciando la peregrinación en la capital asturiana.
Esperan grandes y casi continuadas montañas en su primera mitad, combinaciones de verdes inimaginables, tramos de gran dureza y referencias jacobeas casi de continuo. También una notable red de pequeños pero bien cuidados albergues municipales -al menos una docena- en Asturias y albergues públicos en la mayoría de las poblaciones de Galicia, dependientes casi siempre de la Administración autonómica.
La ruta parte desde la catedral ovetense o sus inmediaciones. Las conchas de vieira que señalizan el tramo urbano evitarán perderse. A las afueras de la ciudad esperan el puente medieval de Gallegos, posiblemente ya existente en el siglo XIII, y el alto del Escamplero, con famosa venta desde el siglo XVIII y con un pequeño albergue en el presente. Peñaflor, con puente de origen medieval, da paso a la villa de Grado, de vieja tradición peregrina, al monasterio y lugar de Cornellana, y a las poblaciones de Salas y Tineo, con el alto de La Espina por medio. La segunda localidad citada cuenta con el más relevante albergue de peregrinos del Principado, gestionado por la asociación jacobea local.
A continuación, tras dejar atrás un monasterio de tradición peregrina como el de Obona, será necesario decidir si se sigue por Pola de Allende o por la impresionante y casi mágica sierra de los Hospitales -restos de algún hospital, soledades, naturaleza-. Ambos itinerarios vuelven a unirse en el puerto del Palo (1146 m), 12 km más adelante.
Siguiendo ruta, a Berducedo se llega por el Camino Francés y para alcanzar Grandas de Salime, a las puertas de Galicia, será necesario decidirse por cruzar el embalse previo en barco o seguir por una ruta circundante. Grandas, como la mayoría de las localidades de este Camino, cuenta con albergue-refugio. Alfonso IX estableció, como en Obona, que los peregrinos tenían que pasar por ella. El siguiente hito relevante es el puerto del Acebo (1040 m), límite entre Asturias y Galicia, en la provincia de Lugo.
Entre una espectacular naturaleza de alta montaña, pronto se alcanza la primera población gallega, la aldea de Fonfría. A continuación la ruta ofrece dos alternativas: seguir hacia A Fonsagrada, la localidad de mayores dimensiones antes de llegar a Lugo, o dirigirse a A Proba de Burón. El paso de la ruta por esta antigua villa se conoce desde el siglo XIII. Tras un duro ascenso esperan los descampados de Hospital de Montouto, donde ambos itinerarios se vuelen a unir.
El siguiente destino es O Cádavo, con un moderno albergue. Vienen a continuación el alto de A Vacariza y, de nuevo, una doble opción: seguir por Vilalle o hacerlo por la ruta de Vilabade. En ambos casos el punto de encuentro será Castroverde, con iglesia de Santiago, como en otros lugares del Camino. A partir de aquí proliferan todavía más las referencias toponímicas a la Ruta Jacobea -Camino Francés, Costa Francesa, Camino, Casa do Hospital, Hospital de Gondar, etc.-.
En medio de campos de cultivo y continuas aldeas, se llega a Lugo, la principal ciudad de este itinerario, con más de dos mil años de historia. Tiene albergue en pleno casco histórico, muy cerca de una de las puertas de la muralla. Más adelante, después de los históricos lugares de San Pedro de Mera y San Román da Retorta, de nuevo una doble posibilidad -por Santa Cruz da Retorta y Vilamaior de Negral o por O Burgo de Negral-, para confluir en Ponte Ferreira, pasando sobre lo que queda de un puente de remoto origen romano.
Entra el trazado en la provincia de A Coruña después de cruzar la sierra de O Careón, hacia la histórica villa jacobea de Melide, donde el Camino Primitivo concluye, para unirse al Francés. A partir de Melide, de gran tradición jacobea, esperan el histórico hospital de Ribadiso, la villa de Arzúa y la llegada al Monte do Gozo, primera visión de Santiago. Es un nuevo camino en todos los sentidos: se deja atrás una vía casi inmutable y silenciosa por otra donde el presente multicultural y el continuo trasiego son la realidad de cada día. No mejor ni peor, pero muy distinta.
La catedral del Salvador de Oviedo, en la que se rastrean elementos jacobeos, es un santuario con personalidad propia y el principal monumento del Camino Primitivo. Su antigüedad altomedieval se considera similar a la de Santiago y gracias a la relevancia de las reliquias que atesora en su Cámara Santa, alcanzó pronto gran fama. Se convirtió en el segundo centro de peregrinación de la España cristiana, después de la propia Compostela. Está, por lo demás, íntimamente unido por la historia al compostelano. Crecieron uno al amparo del otro. Lo evidencian los peregrinos extranjeros que acudían a los dos santuarios y el propio Camino Primitivo que los une desde sus orígenes.
El segundo gran monumento de la ruta lo encontramos en la ciudad de Lugo, cuya muralla es Patrimonio de la Humanidad. Aquí está la segunda catedral del Camino, en la que los peregrinos se detenían para orar ante el Santísimo Sacramento, en exposición permanente desde el siglo XII, y ante la hermosa imagen de la Virgen de Los Ojos Grandes.
Los monasterios son otro patrimonio de esta ruta. Fueron un destino muchas veces obligado para los peregrinos. Destacan tres. El primero, desde Oviedo, es San Salvador de Cornellana (Salas) fundado en 1024 y, en su tiempo, uno de los más importantes de Asturias. El segundo, Santa María de Obona (s. VIII), lo potenció Alfonso IX al otorgarle en 1222 un privilegio para que todos los peregrinos tuviesen que pasar por él, quizá intentando evitar que se marchasen desde el previo alto de La Espina por el Camino de la Costa y no por la ruta interior en la que se encuentra Obona. El tercer cenobio fue el hoy desaparecido de Vilabade, franciscano, fundado en 1457, a las puertas de Castroverde. Hay noticias de la atención que prestaba a los peregrinos. Se conserva la iglesia, declarada Monumento Nacional, con retablo de Santiago matamoros.
Las numerosas iglesias dedicadas a Santiago en este Camino, casi siempre hermosas y modestas, no son las únicas que merecen la atención del peregrino. Varios templos prerrománicos y románicos, desde la misma salida de Oviedo, hacen del itinerario un recorrido inigualable en este sentido, con ejemplos como el románico (s. XII) de Santa Cruz da Retorta, con un crismón de los llamados trinitarios, característicos de las zonas de influencia del Camino de Santiago.
De la consistencia histórica de este itinerario dan fe asimismo los numerosos hospitales, establecidos sobre todo en aislados lugares de alta montaña, ante las dificultades que presentaban en la Edad Media y siglos posteriores -frío, zonas aisladas, etc.-.
La amplísima lista de centros hospitalarios históricos, de los que sólo han sobrevivido algunos ejemplos, comenzaba en Oviedo y continuaba en tierras asturianas por lugares como El Escamplero, hospital del siglo XIV; Premoño, se conserva su capilla y el edificio, la actual Casona de la Portelada; Villapañada, medieval, perteneciente a la Orden de San Juan de Jerusalén; La Espina; Tineo, destacó el Mater Christi, del siglo XIII y que fue el más importante de la ruta; Allende, se conserva la capilla con una talla popular de Santiago peregrino; Berducedo; Buspol; Grandas de Salime, etc.
Ya en Galicia, en el descenso desde el alto del Acebo, surgía Fonfría con su hospital sanjuanista -lo recuerdan la cruz de Malta sobre la pila bautismal del templo y el edificio, que se conserva- y a continuación A Proba de Burón -destacaron los hospitales de la Santa Trinidad, del que quedan restos, el de la Reina y el de Santiago- y sobre todo el famoso hospital de Santiago de Montouto, tras alcanzar las duras alturas montañosas en las que se iniciaba el descenso hacia Lugo. Promovido por Pedro I hacia 1357 “en el Camino Francés de los peregrinos que van a Santiago”, según texto fundacional, se conservan sus ruinas solitarias, que son hoy un hito en el Camino Primitivo.
Desde Castroverde -con dos centros documentados- la lista de pequeños hospitales históricos se hace casi interminable: hospital de Gondar, Lugo -con varios que funcionaron intramuros-, San Pedro de Mera; Burgo de Negral, etc.
Las fuentes de agua que han sobrevivido son otra muestra relevante del patrimonio jacobeo. Sobresale la fons sacrata, que dio origen al topónimo de la localidad de A Fonsagrada. Está vinculada a la tradición jacobea por un milagro del apóstol Santiago que, tras ser atendido por una pobre viuda que lo creyó un simple viajero, convirtió para ella el agua de esta fuente en leche fresca para sus hijos. Es una leyenda popular relacionada con la cristianización de la zona, como han destacado estudiosos de esta ruta como Ricardo Polín, y el paso de peregrinos medievales.
Quedan también los testimonios de los peregrinos históricos, como Hermann Künig, que peregrina desde Alemania en 1495 y cita a la salida de León la posibilidad de seguir hacia “San Salvador” -está pensando en el santuario ovetense-, aunque él continúe por el Camino Francés.
El doble destino ovetense y compostelano sí lo realizaron peregrinos de más allá de los Pirineos como Antoine Lalaing (1501), Bartholomeo Fontana (11538) y Guilleume Manier (1726). Pero todos ellos eligieron seguir, desde el alto de la Espina, hacia la Ruta de la Costa, por Ribadeo, quizá por considerarla menos inhóspita. Otro, Jean Pierre Racq (1790), nos dejó una lista de localidades de paso. Merece citarse, por último, al italiano Bartholomeus Cassanu (1586), llegado a través del Camino Norte, tras cometer un robo en la iglesia vasca de Zarauz. Vuelve a realizar una fechoría semejante en el templo de Salas, pero es descubierto, detenido, juzgado, ahorcado y expuesto su cuerpo descuartizado por los caminos.
Las asociaciones jacobeas asturianas siguen siendo las principales dinamizadoras de la actividad jacobea en Asturias, unidas a las iniciativas de las diferentes Administraciones para la mejora de trazados, patrimonio y espacios de acogida. Dejando al margen el concurrido Camino Francés, desde inicios del siglo XX Oviedo se ha convertido en la tercera ciudad, después de Tui y Oporto, en el Camino Portugués, de la que más peregrinos parten hacia Santiago. En 2008, según los datos de la catedral de Santiago, recibieron la compostela casi 2.100 peregrinos llegados desde Oviedo. Sin embargo, el conjunto del Camino no aparece entre los más concurridos, pese a sus atractivos. [MR]
V. Santiago, caminos de


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